jueves, 19 de abril de 2012

Gestión de liderazgo. Jerarquización y estructuras más horizontales

Los sistemas de trabajo que aún se nutren de las formaciones, estructuras y estrategias inspiradas en las cadenas de montaje, toman los apuntes de Team Building, como algo que reconocen puede ser efectivo pero nunca terminan por dar el paso hacia la implantación de las nuevas formas. Sin embargo, el contexto que dibujan los mercados actuales, manifiestan con toda claridad que o se logran cambiar estos hábitos que mantienen atadas a las empresas en los mismos o incluso, menores resultados de otras épocas o la desaparición de muchos de los modelos de negocio actuales no tardará mucho en producirse. Team Bulding ofrece una oportunidad magnífica para diseñar Branding en todo el tejido empresarial, pero como si de un enfermo se tratara, será él quien elija si quiere soluciones o espera, finalmente el desenlace fatal de su enfermedad.

En el tejido empresarial que aún se sustenta en la impresión de las cadenas de producción podemos encontrar parte del mal endémico que provocan las estructuras jerarquizada de la empresa, en el puesto de más responsabilidad que es el que gestiona a los equipos de trabajo. La gestión de liderazgo se encuentra con casos como:

El Líder Autoritario. Cuando expresa las ordenes, éstas son aparentemente aplicadas casi de inmediato. Solo a una minoría se les escucha la crítica que pueden establecer a estas ordenes, pero cuando estas ordenes empiezan a volverse en contra de lo establecido o resultan poco razonables, aunque el trabajo es gestionado sin realizar modificaciones,  es aún menor la cantidad de empleados que son capaces de generar el trabajo indicado en perfectas condiciones. Se superan el tiempo establecido para la realización de la tarea y aparecen las infinitas contradicciones que generan las órdenes nuevas en aplicación con las antiguas que termina generando dobles mensajes y la sensación de que si cumples una, irremediablemente incumplirás la otra.
La imposición es la reina del ámbito de trabajo, las consecuencias que se derivan en éxitos son achacables a la gestión, mientras que los errores parecen ser de los de más bajo rango.

El Líder Democrático.  Al emitir ordenes , encuentra devoluciones críticas en un corto espacio de tiempo. Los rumores, a favor y en contra, alertan al Gestor de los puntos fuertes y débiles de la estrategia, si es capaz de encontrar la forma adecuada de venta de la idea, en los sectores más críticos, el porcentaje de éxito en la aplicación se agudiza y  las tareas que conllevan las nuevas propuestas son aplicadas casi de inmediato. Sin embargo, en contraste con lo establecido, los inicios se vuelven torpes hasta que la mayoría encuentra las modificaciones correctas para incluir las ordenes en lo ya trabajador. En este caso al recibir las ordenes el grupo de trabajo, podemos escuchar rumores tanto en contra como a favor de las ordenes recibidas, pero son aceptadas y gestionadas de forma inmediata,  pero al introducir ordenes contradictorias  a lo establecido, al empezar a relazar las gestiones empiezan a surgir ideas de modificación la mayoría son aceptadas e incluidas en las ultimas ordenes recibidas.

La mayoría gana y las responsabilidades en éxitos y fracasos parecen gestionarse en una clara división. El éxito se deberá a la mayoría y la minoría tenderá a verse reflejada en el fracaso en los miembros que apoyaron la propuesta. En el caso de los que asumieron, la espera del fracaso se vuelve insistente, aunque sean los más celosos en la aplicación de las propuestas.

El Líder Liberal o de amplias cualidades creativas, encuentra que sus direcciones son aceptadas y aplicadas de forma inmediata, los rumores son casi inexistentes tanto desde un punto positivo como negativo. Sin embargo,  en cuando aparecen contradicciones entre lo nuevo y lo establecido, las devoluciones negativas y positivas se producen a la misma velocidad que son aplicadas las mejoras. Sin embargo, si el líder es lo suficientemente hábil tomará todas las devoluciones y las volverá a emitir como puntos fuertes que motivan al grupo y transformará lo puntos débiles en retos donde todos deben aportar mejoras y modificaciones eficaces. El entorno se vuelve colaborativo.

El éxito y el fracaso son compartidos por igual en todos los integrantes del equipo y la sensación de pertenencia no es algo que haya que vender en largos discursos motivadores.

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